viernes, 28 de noviembre de 2014

Berni en el MALBA




Hasta febrero se podrá ver la reunión cumbre de Juanito y a Ramona, con sus pesadillas, en una muestra única que presenta obras nunca antes vistas en la Argentina.


Berni en el MALBA



Artes Combinadas: Antonio Berni

Por Victoria Verlichak


La lograda exhibición “Antonio Berni: Juanito y Ramona”, en MALBA, presenta a estos personajes icónicos creados por la imaginación y el talento del artista; fantasía que incluso hizo crecer alucinaciones en la mujer, plasmadas en coloridos “monstruos”. Antonio Berni (Rosario, 1905-Buenos Aires, 1981) es figura ineludible en el arte de la Argentina por su versátil obra, por el uso del ensamblaje de materiales de descarte y audaces experimentos con técnicas de grabado. Anclado en convicciones políticas de izquierda y comprometido con su tiempo, el artista apunta críticamente a la sociedad de consumo a través de las múltiples representaciones de Juanito y de Ramona.

Días antes de la multitudinaria inauguración, cuando en el buscador de Google se preguntaba por Berni aparecía mencionado primero el xenófobo actual secretario de Seguridad de la Nación Sergio Berni, antes que el reconocido artista, grabador, pintor, muralista argentino. Es probable que la concurrencia masiva a la exposición de Antonio Berni -que conoció gran éxito en vida- y su merecida visibilidad periodística, reviertan este hecho.

Sin tiempo ni rostro propio

Esta no es la primera muestra dedicada al popular maestro rosarino que realiza el museo palermitano; su fundador, el empresario y coleccionista Eduardo Costantini, debe estar doblemente contento. Después de todo, Berni está bien representado en su colección y, además, Costantini siempre dijo que la primera obra que hubiera querido comprar era fue una pintura pequeña de Berni; entonces joven, no le alcanzó la plata.

Pero esta sí es la única exhibición que trabaja exhaustivamente alrededor de las peripecias de los arquetipos urbanos: el niño de la villa Juanito Laguna y la prostituta, antes costurera, Ramona Montiel junto a sus pesadillas. Curada por Mari Carmen Ramírez y Marcelo E. Pacheco, la exposición fue producida en forma conjunta por MALBA y el Museum of Fine Arts, Houston (MFAH) -como parte del acuerdo de colaboración que ambas instituciones mantienen desde 2005-, dónde inauguró en noviembre del año pasado hasta enero 2014. Después viajó al Phoenix Art Museum y fue la primera muestra de carácter retrospectivo de Berni en los Estados Unidos después de 40 años.

Artes Combinadas: Antonio Berni



La propuesta, que suma piezas nunca vistas en el país, mayormente provenientes de Bélgica, como “L’apothéose de Ramona” (1971) con un vestido volumétrico y brillante de lentejuelas, reúne un conjunto de 150 obras (pinturas bidimensionales, grabados, xilocollages y xilocollage-relieves, ensamblajes y construcciones polimatéricas), creadas entre 1958 y 1978.

Lujo de la invención, los emblemáticos arquetipos Juanito y Ramona no poseen las mismas facciones a lo largo de sus imaginadas trayectorias. El proyecto artístico, en el que conviven distintos estilos y soportes, confirma que las obras que integran las sagas del chico pobre y de la muchacha “que dio el mal paso” no siguen una secuencia cronológica.

Aquí, algunos ejemplos: demasiado adornada, demasiado pintada en 1962 aparece “Ramona bebé”, de esa misma fecha también es “La comunión de Ramona” y “La gran tentación o La gran ilusión”, donde es personificada como una persona deteriorada y marcada (literalmente) por el paso del tiempo, en contraste con la rubia que la mira desde un cartel publicitario. En 1959 el artista pinta una boda, cuya figura femenina años después se la adjudica a Ramona. En 1974, Berni describe al adulto “Juanito y su familia mirando televisión” y en al mismo tiempo al niño “Juanito dormido”, como el muchachito de 1978.

Juanitos hay tantos

Artes Combinadas: Antonio Berni

Juanito Laguna aparece en 1960 en la iconografía de Berni, sólo cinco años después del fin del segundo gobiernos peronista, cuando se suponía que “los únicos privilegiados” eran los niños. Juanito representa a la figura de un chico pobre del bañado de Flores, su entorno y familia. Es el personaje (y la técnica) con el que Berni obtiene el Premio de Grabado y Dibujo como invitado especial del envío argentino a la XXXI Bienal de Venecia, en 1962. 

En 1961, el chico tiene un padre obrero y “Juanito lleva la comida a su padre peón metalúrgico”, pero en 1977, y pintado como niño Juanito va a la fábrica: “Juanito Laguna Going to the Factory”; es en 1978 que “Juanito ciruja”. Sin embargo, en los tempranos años ’60 y en un ambiente de pobreza Juanito también se las ingenia para festejar la Navidad, jugar con un barrilete, salir de vacaciones con su familia, aprender a leer, recibir el saludo de un “cosmonauta”, “pescar con red”, bañarse, cazar pajaritos. Berni señala que “Juanito es un chico pobre pero no un pobre chico. No es un vencido por las circunstancias sino un ser lleno de vida y esperanza, que supera su miseria circunstancial porque intuye vivir en un mundo cargado de porvenir”.


Las pesadillas de Ramona


El personaje de Ramona Montiel surge mientras Berni vive y trabaja en París, a partir de 1962. “Ramona es producto de una concepción parisina del artista, alimentada de la tradición del cabaret francés y de su figura principal: la corista”, apuntan los curadores. Chica de barrio que habita en Buenos Aires, Ramona costurera se obnubila por la presunta vida de esplendor que tendría si se vuelve prostituta. ¿Alguien agobiado y en la miseria tiene ocasión de elegir? Berni la pinta como una modelo, dormida, con sus padres, con sus protectores, levantando pesas, festiva con sus puntillas; y describe una galería de presuntos amantes, todos hombres del poder.

Artes Combinadas: Antonio Berni

Hubo otra protagonista prostituta en la historia del arte argentino. Lino E. Spilimbergo (1896-1964) desarrolló una estremecedora serie de 34 monocopias en la “Breve historia de la vida de Emma (1936-1937)”, desde sus prometedores 12 años hasta su suicidio culminando casi la treintena Con imágenes crudas y desoladoras, a través de la ficticia figura de Emma, Spilimbergo denuncia la situación de sometimiento y desesperanza de las muchachas obligadas a ejercer la prostitución.

La serie de los “monstruos”, realizada entre 1965 y 1971, reúne esculturas pensadas como efímeras (aquí restauradas) efectuadas con deshechos de productos comerciales, industriales. ¿Aparentemente inútiles, estos materiales destapan aspectos de la lucha por sobrevivir o son aterradoras amenazas del inconsciente? Ambas cosas son ciertas y se hallan vinculadas. El artista confiesa que los monstruos encarnan la culpa que siente la mujer por haberse prostituido: “símbolo de una realidad traspasada por la miseria, no sólo en el plano material (...) sino moral”.