jueves, 30 de octubre de 2014

Gustavo Groh “El agua que apagó el fuego” (2004/2005)


Fragmento, 18 fotografías en blanco y negro, copia gelatina plata, 10 x 13 cm.

Por Victoria Verlichak

La extraordinaria serie “El agua que apagó el fuego” de Gustavo Groh es algo más que un testimonio visual de las huellas del diferendo limítrofe por el Canal Beagle, entre la Argentina y Chile. La serie muestra un mundo y un punto de vista.






Tomadas con una cámara estenopeica en Ushuaia, Tierra del Fuego, las imágenes descubren las aguas en disputa, centro del conflicto que se inicia a comienzos del siglo pasado y que tiene uno de sus puntos culminantes en 1978, cuando los aprestos bélicos tornan casi inevitable un desenlace trágico. La guerra no se produjo. Estas son las sensibles postales de un desatino, que consumió durante años dinero y energía a ambos países.


lunes, 27 de octubre de 2014

Contra la censura: Carta Abierta Bienal de San Pablo


V Verlichak encontró “Carta Abierta a la Bienal de San Pablo” en el sitio web de la editorial Arte al Día Internacional (creadores de Lima Photo, Buenos Aires Photo, Pinta NY, Pinta Miami, y otros). Fue escrita para llamar la atención contra un grave episodio de censura realizado contra el estado de Israel, en el marco de ese encuentro artístico, y firmada por artistas, directores de galerías, coleccionistas latinoamericanos como Patricia Phelps de Cisneros, escritores como Plinio Apuleyo Mendoza, periodistas como Diego Costa Peuser (BA/Miami), Robin Cymbalest (Nueva York), curadores como Jaime Cerón (Bogotá), Gabriel Pérez Barreiro (NY), Luis Pérez Oramas (NY), Sonia Becce (BA).

Los artistas y curadores que promovieron la censura -solicitando que se eliminara el logotipo del estado de Israel, patrocinador a través de su consulado en San Pablo de artistas israelíes, del frente del pabellón y sitio web- juegan con fuego; cuando venga alguien y pida que saquen sus obras y/o auspiciantes de algunas de sus muestras, ¿qué harán? ¿Pedirán ayuda diciendo que fueron censurados? Será tarde, la censura es negativa, siempre. V Verlichak está de acuerdo con esta carta contra la censura y por eso la difunde.

Carta Abierta Bienal de San Pablo

Durante la última semana el mundo del arte contemporáneo, especialmente en América Latina, ha vivido una fuerte tensión, fruto de una desafortunada situación de conflicto que nubló la apertura de la 31 Bienal de Sao Paulo. Días antes de la inauguración, un conjunto de artistas participantes en la Bienal solicitó a los organizadores que fuera retirado de los créditos institucionales de los patrocinadores de la bienal el escudo que representaba simbólicamente la presencia de una nación -en este caso el estado de Israel-.

jueves, 23 de octubre de 2014

Fabio Mauri: El lenguaje es guerra

Publicado en revista NOTICIAS, el 20 de septiembre, 2014.

Por Victoria Verlichak

Tres exposiciones en Fundación Proa representan integración y fusión entre lo antiguo y lo nuevo, como en “Lo Clásico en el Arte” y “Fabio Mauri”, que transita la relación entre memoria, arte e ideología; ambas curadas por Giacinto Di Pietrantonio. Por su parte, “Final del juego” es el inteligente homenaje a Julio Cortázar en el centenario de su nacimiento en Espacio Contemporáneo; exhibición abierta que, como la gran fachada de vidrio de Proa, invita a la interacción con los espectadores.

Su propio camino

El panorama antológico “Fabio Mauri” promueve la curiosidad hacia el artista multidisciplinario que logra conmover con su trabajo en la escultura, pintura, ready made, instalación, performance, teatro, video y cine, así como en la teoría y docencia. A pesar de su participación en seis bienales de Venecia y en Documenta de Kassel, el valioso y provocador arte, de rasgos “anárquicos”, de Fabio Mauri (Roma, 1926-2009) era hasta hoy desconocido aquí. “Mauri se concentra en el componente ideológico de la lingüística”, sostiene Di Pietrantonio ya que, como sintetiza el título de uno de los libros del artista, “El lenguaje es guerra”.

miércoles, 22 de octubre de 2014

Ricardo Pascale: Desde el volcán


Silvia Arrozes hizo coincidir el pasado fin de semana largo argentino de octubre con la preinauguración del verano 2014/2015 en su galería de Punta del Este. Gran afluencia de público para la presentación de la refinada muestra del artista uruguayo Ricardo Pascale que, en esta ocasión parece dibujar con (no sobre) madera y que en diciembre abrirá el calendario de exhibiciones, con frecuencia semanal de recambio. V Verlichak estuvo allí; vio el bello resultado en Galería Del Paseo (Ruta 10, Km 164, Manantiales), también con espacio en Lima, Perú. Ricardo Pascale es presentado por un poético texto de Marco Maggi “Heisenberg en la playa”, en alusión, claro, al principio de incertidumbre trabajado por el físico alemán Werner Karl Heisenberg. Los dos artistas serán reunidos también en la Bienal de Venecia 2015: Marco Maggi será el artista del Pabellón uruguayo y Ricardo Pascale será el comisario.



miércoles, 15 de octubre de 2014

Diana Dowek. Mujeres queridas

Publicado en ArtNexus N° 94 (2014)


Por Victoria Verlichak

Diana Dowek (Buenos Aires, 1942) desea que sus contemporáneos encuentren en su obra “un momento de sus vidas colectivas”. En su indagación ideológica y conceptual, la artista trabaja en series poniendo en cuestión los acontecimientos de este tiempo. La trayectoria de Dowek confirma que dirige su mirada y su hacer hacia la fractura de la sociedad, pintando silencios y excluidos, cercos y multitudes.

Las obras iniciales de la artista tuvieron como contexto la difícil década del ‘70, que encuentra a la Argentina en una agitación abismal por el recrudecimiento de la guerrilla y la acción del escuadrón de la muerte Triple AAA, el regreso y muerte de Perón, y la instauración de la dictadura militar iniciada en 1976. Su políptico “Lo que vendrá” (1972) anticipó las decenas de enfrentamientos (desiguales) que tendrían como escenario las calles del país durante las próximas décadas; de hecho una pintura de esa serie pareciera reproducir el momento en que la policía bonaerense, ya en democracia, asesinó a Darío Santillán y Maximiliano Kosteki en 2002 en una estación de tren.

La obra Dowek, que comenzó a exhibir en 1967, no clausura sino que expande el sentido de lo que se percibe. Sus pinturas y dibujos, técnicas mixtas, instalaciones, videos, descubren lo público y producen una conmoción privada. Su muestra de 2013, “Memorias Urbanas” curada por Kekena Corvalán -coautora también del libro “Diana Dowek. La pintura es un campo de batalla” (Buenos Aires, 2013)-, volvió a ocuparse de encierros y desgarramientos, de vulnerabilidades de aquellos que están a la intemperie.


En el medio, de estas cuestiones, Dowek -¿se dio un respiro?- decidió dibujar a mujeres que admira. En “Mujeres queridas”, retratos exhibidos en galería Jacques Martínez, Dowek abandonó las imágenes de seres anónimos y la transferencia fotográfica que suele plasmar en sus trabajos desde 2002.

martes, 14 de octubre de 2014

Ruth Benzacar: El esfuerzo vale la pena (1989-2000)

Por Victoria Verlichak


A su muerte, Ruth Benzacar es la mejor galerista de Buenos Aires. Con 35 años de carrera, y gracias a su apasionada tarea, su nombre es sinónimo del arte argentino, tanto aquí como en otras geografías. Ruth hace de la galería también un punto obligado de visita para cuanto extranjero desee conocer el panorama local de las artes visuales. Pero, ella los visita primero, no una sino decenas de veces. Después de todo, Buenos Aires es una intrigante y remota ciudad que queda lejos de los centros de poder.


 ¿A quién se le ocurre? Apenas dos años después de establecer su casa-galería en Caballito, en 1967 va por primera vez a Nueva York con su marido, que la acompaña en sus sueños y que la deja hacer y decidir. Camina como nadie la ciudad de los rascacielos y lleva adelante un proyecto tan sencillo como improbable. Nadie la conoce, ni conoce a casi nadie. Aún no descienden sobre Buenos Aires los visitantes internacionales que luego convergen alrededor del Di Tella. Pero Ruth comprende que, tras la segunda guerra mundial, Nueva York es la capital del arte. Allá va, armada con docenas de cartas y un prolijo audiovisual de 40 minutos, con 225 imágenes de 20 artistas argentinos y locución en inglés.[1]

La patriada la pinta de cuerpo entero. Allí se queda 40 días, visita galeristas famosos e ignotos, directores y asistentes de museos, y muestra (en el MoMA y el Guggenheim) a Roberto Aizenberg, Juan Battle Planas, Antonio Berni, Ernesto Deira, Juan Carlos Castagnino, Carlos Alonso, Rogelio Polesello, Víctor Chab, Vicente Forte, entre otros, al son de la música de Astor Piazzola.

miércoles, 8 de octubre de 2014

Gilad Ratman: Un taller, un lugar, un tiempo

Con una excelente producción y realización, la videoinstalación de Gilad Ratman (Haifa, Israel, 1975) es conceptualmente provocadora y visualmente intrigante; convoca al pensamiento. El sábado pasado, en “Parece que viene bien” -el programa de Pablo Gorlero, los sábados de 17 a 20 hs., en La Once Diez (Radio Ciudad, AM 1110)-, V Verlichak comentó la exhibición “The Workshop” desplegada en el Museo de Arte Contemporáneo de Buenos Aires, MACBA.

Un taller, un lugar, un tiempo

Espacio de exhibición dedicado a la abstracción geométrica, que acaba de cumplir dos años, inicia con “The Workshop” una apertura hacia otras expresiones y experiencias artísticas. La obra, que se exhibió en la 55º Bienal de Venecia (2013) en el pabellón de Israel, consiste en una instalación de cinco pantallas que ocupan tres salas del museo.
Curada por Sergio Edelsztein, la pieza fue rodada durante seis meses y propone varias narraciones paralelas pero convergentes. En el primer nivel se ve en una gran pantalla a un grupo de personas transitando por túneles arqueológicos y recientes (en los alrededores de Haifa); ¿es una comunidad utópica?

lunes, 6 de octubre de 2014

Ruth Benzacar: Estar en la avanzada (1983-1988)

Por Victoria Verlichak



Ruth Benzacar se halla preparada para un cambio. Sabe que, como galerista, no está en el mercado para satisfacer una necesidad básica y que precisa tesón, pericia y la visión de un economista, junto al respaldo de un inversionista, que busca y encuentra. Es el empujón necesario para comenzar a caminar por una desafiante senda de gratificación y discusión cultural, equilibrio y dificultad financiera.

De este modo, casi en coincidencia con las elecciones en el país, el 10 de octubre de 1983, Ruth Benzacar inaugura el espacioso subsuelo debajo de la Plaza San Martín, en el cruce de Florida y Avenida Santa Fe, que actualmente habita la galería homónima. Tal como titula la prensa, Ruth es “(…) una mujer que se atreve a modificar la geografía de Buenos Aires. Florida tendrá su número mil en un ingenioso espacio cultural”. [1]


La muestra inaugural es casi de museo: El Anti-Rinoceronte. Periódico Martín Fierro: Las primeras vanguardias, con el Grupo Martín Fierro: Colectiva: Aquiles Badi, Héctor Basaldúa, Antonio Berni, Norah Borges, Horacio Butler, Víctor Cúnsolo, Pablo Curatella Manes, Juan Del Prete, Pedro Figari, Ramón Gómez Cornet, Alfredo Guttero, Emilio Pettoruti, Lino Enea Spilimbergo, Alejandro Xul Solar, Alberto Prebisch. La exposición, que reconoce y celebra a las vanguardias, es toda una declaración de principios; la galería Ruth Benzacar también aspira a estar en la avanzada del arte.


viernes, 3 de octubre de 2014

Ruth Benzacar: Humildad y omnipotencia (1965-1982)

Por Victoria Verlichak

El oficio de galerista la elige a Ruth Benzacar. Los orígenes de la ahora reconocida galería comienzan cuando, apretada por la necesidad, Ruth decide vender algunas obras de arte argentino que colecciona junto con su marido Samuel. Así, a los 32 años Ruth se lanza a una aventura imprevisible. Pronto se da cuenta que lo suyo no era vender lo propio, sino incorporarse a un negocio en donde tiene todo por aprender. A tal efecto, habilita el living y los pasillos (hasta los dormitorios de sus hijos Orly y Ariel, en donde ubica los depósitos de cuadros), el patio y la maravillosa terraza de la vivienda de la calle Valle.

Primero vienen los amigos y los buenos conocidos, luego los amigos de los amigos. El círculo se hace cada vez más grande. Ruth y los artistas no saben que están haciendo historia. En la década del sesenta nadie anda con una cámara de fotos a cuestas todo el día. Faltan las imágenes de las charlas que Roberto Aizenberg, Juan Battle Planas, Juan Carlos Castagnino, Ernesto Deira, Jorge de la Vega, entre otros, dan en la casa de la familia Benzacar cuando presentan una obra, frente a unos gozosos asistentes que también disfrutan de sabrosas comidas orientales que cocinan Ruth y su madre. Sí están las fotos de Antonio Berni junto a una pantalla donde pasa diapositivas de su trabajo, en la sala tapizada de cuadros de otros artistas.





Según cuentan

jueves, 2 de octubre de 2014

Dawn Ades sobre Roberto Aizenberg

(Introducción al libro “Aizenberg” de Victoria Verlichak)

El 4 de noviembre de 1986 Roberto Aizenberg me recibió en el estudio de su casa de Buenos Aires. Yo me había enamorado de sus torres y quería conocer más sobre su trabajo. Me pareció asombroso que un artista de su visión y talento fuera prácticamente desconocido en Inglaterra y en el resto del continente europeo. Esta primera visita a la Argentina en 1986 fue parte de la preparación de “Arte en América Latina 1820-1980” [Art in Latin America 1820-1980] una inmensa muestra en la Hayward Gallery que finalmente se realizó en 1989.

Posiblemente la muestra era demasiado amplia y ambiciosa, pero es que teníamos una enorme cantidad de material nuevo y maravilloso.


Artes Combinadas: Roberto Aizenberg, de Victoria Verlichak Nuevo, al menos para historiadores ingleses como yo. La exposición trataba de una parte de la historia del arte con la que yo estaba familiarizada, pero que siempre quedaba escondida o en los márgenes. Sentí que había suma urgencia por presentar la mayor cantidad posible de ese arte al público europeo.

Al mismo tiempo, esto significó que no pudiéramos explorar en profundidad el trabajo de artistas individuales. Si hoy tuviera la oportunidad de curar una exposición que lo permitiera, se la dedicaría a Aizenberg. Los siguientes comentarios, que deben mucho a aquella conversación que tuvimos en 1986, se construyen alrededor de la intención de que esta muestra imaginaria se convierta en realidad.

Esa exposición, para la que este libro ofrece un excelente ejemplo modelo, presentaría la obra de Roberto Aizenberg desde una doble perspectiva: la primera establecería el carácter único y completamente distintivo de sus pinturas, junto con su desarrollo y crecimiento artístico. La segunda perspectiva exploraría las diferentes líneas que conectan su trabajo con el arte moderno en la Argentina, la pintura italiana, el Surrealismo y la avant-garde europea. Estas son categorías inusuales, pero la intención es integrarlas para permitir una visión única sobre un selecto grupo de obras de los artistas en los que Aizenberg estaba interesado: Batlle Planas, De Chirico y Max Ernst.