Fragmento, 18 fotografías en blanco y negro, copia gelatina plata, 10 x 13 cm.
Por Victoria Verlichak
La extraordinaria serie “El agua que apagó el fuego” de Gustavo Groh es algo más que un testimonio visual de las huellas del diferendo limítrofe por el Canal Beagle, entre la Argentina y Chile. La serie muestra un mundo y un punto de vista.Tomadas con una cámara estenopeica en Ushuaia, Tierra del Fuego, las imágenes descubren las aguas en disputa, centro del conflicto que se inicia a comienzos del siglo pasado y que tiene uno de sus puntos culminantes en 1978, cuando los aprestos bélicos tornan casi inevitable un desenlace trágico. La guerra no se produjo. Estas son las sensibles postales de un desatino, que consumió durante años dinero y energía a ambos países.
El autor, subraya la belleza incontestable de la Patagonia Austral y la insultante intrusión del hombre sobre la naturaleza; revela tanto la inmensidad del paisaje como la necedad humana. La serie también parece denunciar la desidia de las autoridades que, a casi treinta años, aún no han retirado la ferretería bélica que invade el suelo y el horizonte. Al mismo tiempo, las obras desnudan las insólitas transformaciones y la decadencia del arrumbado armamento desperdigado por la extrema geografía.
En estas dramáticas composiciones, Groh aparece contribuyendo una narración crítica y original sobre el conflicto y acerca del solitario territorio en el que el autor se instaló desde hace casi veinte años. Groh desarrolla y reproduce visiones que aparentan tener una extrema fidelidad con la realidad, trastocada por su destreza y la contradictoria e inmanente poesía de los objetos y escenarios fotografiados. Luces y sombras en este recorte, en esta mirada atenta y apasionada que captura contrastes y un admirable extrañamiento.
Gustavo Groh
Nació en Punta Alta, Provincia de Buenos Aires, en 1971. A los 15 años se trasladó con su familia a Ushuaia, Tierra del Fuego. Al poco tiempo comenzó su contacto con la fotografía. V.V.