lunes, 3 de noviembre de 2014

Mes del Arte Fueguino. Estar allá


V Verlichak estuvo invitada a la inauguración de Bienal MAF, en Ushuaia. Curado por María Teresa Constantin y coordinada por Gustavo Groh, el encuentro trabaja sobre el tema del “Islario” (descripción de las islas de un mar, continente o nación), “para crear nuevos mapas”. El encuentro organizado por la Secretaría de Cultura y Educación de la Municipalidad de Ushuaia, el Museo Marítimo de Ushuaia - Galería de Arte y la Secretaría de Cultura de Tierra del Fuego, con artistas de Tierra del Fuego y artistas invitados del sur de Chile y Argentina, medita acerca de las islas geográficas, las islas humanas, y despliega sus visiones en las instituciones y geografía de Ushuaia capital la gran isla que es Tierra del Fuego. Como V Verlichak no pudo asistir, aquí publica su crónica del MAF de 2011.

Mes del Arte Fueguino

Estar allá

Por Victoria Verlichak

Rosana Rojas Ramoa
Espacio de encuentro, el Mes del Arte Fueguino, MAF, pretende ser “otro centro” antes que un límite. Reúne 27 proyectos de artistas que viven y trabajan en Ushuaia (aunque mayormente, nacieron en otros lugares) y que derraman inteligencia y creatividad, antes que derroche de tecnología y recursos económicos. El conjunto de intervenciones de MAF, recontextualizan el espacio de paseos públicos, museos y centros culturales de la ciudad más austral del mundo, en Tierra del Fuego. MAF es una creación institucional de la región y, esta primera edición, tiene guión curatorial de Matilde Marín y coordinación del artista fueguino Gustavo Groh; cuenta con la participación y financiación de las de las instancias institucionales, principalmente, del Municipio, con la colaboración de la Provincia y del Museo Marítimo y Galería de Arte de Ushuaia, la antigua prisión manejada en forma privada donde se exhiben muchas de las obras y señalizaciones de otras que se hallan en el espacio público.




Ariel Mamaní
Los artistas trabajan haciendo eje en “Estar acá”, en Ushuaia que en lengua yámana significa “bahía que penetra hacia el poniente”; abrazada por una portentosa naturaleza, ofrece grandes desafíos a los artistas. ¿Cómo competir con el prodigioso escenario natural, con la resonancia casi mítica del “fin de mundo”, cómo sobreponerse al agudo aislamiento”? Entre otras cosas, “estar allá” significa, por ejemplo, que los artistas deben realizar trámites de exportación de sus obras para ser exhibidas en cualquier punto de su propio país. Con piezas de pensamiento fuerte y sensible realización, los artistas salen airosos, como Rodrigo Muñoz Regairaz con pequeñas historias de gente común registradas en retratos en blanco y negro.



Lejos de la espectacularidad, muchas de las obras de MAF expresan una bella intimidad e incitan a mirar al entorno con otros ojos. Poeta, Niní Bernardello exhibe en la pared las páginas de un libro de artista. Son “Correspondencias” entre las líneas blancas de piedras negras encontradas en el paisaje con el diseño de máscaras rituales de los Selknam (pobladores originarios del norte de la isla); así, buscó, investigó, dibujó y escribió sobre estas relaciones; sentidamente. Una aguda y fresca mirada en las magníficas fotografías de paisajes deshabitados de Gustavo Lorda, de piedras de desprendimientos de Alfio Baldovin y de restos cerámicos mezclados con las rocas descubiertos en las playas por María Jacob. El tiempo transforma los hielos en las performances de Richard Bouzón, al igual que las impresiones fotográficas que Cecilia de Souza dejó a la intemperie con su imagen.


Las líneas dibujadas sobre las texturas de las esculturas de Nancy Pardo invitan a un meditativo recorrido equivalente al propuesto por el contexto geofísico de la región austral en las técnicas mixtas de Luján Gasillón, por la confrontación entre naturaleza y urbanismo en los papeles de Viviana Chaves, los juegos en el bosque de las pinturas de Belén Mate y las de Dorotea González, recordando el paisaje que la recibió hace 33 años.



La escasez habitacional de Ushuaia, a la que continuamente se suman nuevos pobladores, se visualiza en el contorno de un pequeño habitat, “Cubo-Vida”, de Ariel Mamaní llegado desde Jujuy. Asimismo, con retratos de puertas de casas instaladas sobre un montículo, Fernanda Rivera Luque contribuye al debate para resolver un precario asentamiento instalado -peligrosamente junto a un gasoducto y, quizá, por eso no “oficializado”- por instigación de un puntero que perdió las elecciones hace cuatro años; claro, familias quedaron en el medio.



Maia Gessaga
La problemática del procesamiento de residuos y deshechos industriales está presente en el trenzado de neumáticos de Maia Gessaga, en las fotos de Vanina Cejas y las esculturas de Diego Bonvehi, en el video de Ricardo Frías recitando cantidades y posibles soluciones. La reutilización de materiales preexistentes se percibe en los coloridos collages de Pablo Fabbro con papeles encontrados y en las sorprendentes piezas de José Luis Miralles con pinturas y partes de aparatos electrónicos. Materiales dados también en la poética y nostálgica instalación del Grupo Bitácora, realizada con pequeños animales de cerámica, importados pero nunca vendidos, pegados en las rocas, en una pasarela en el agua y en un antiguo barco que nunca navegó.



Grupo Bitácora

Los trazos de un esqueleto de un barco encallado es el punto de partida de Miguel Caviglia para reflexionar acerca de la inmigración, al igual que los stencils de valijas (por toda la ciudad) de Laura Aguilera y la instalación “Crisol de culturas” de Diego Ovando, frente al monumento erigido en 1984 conmemorando el centenario de la ciudad. La migración de los pájaros está presente en las fotos de Leandro Herrainz y en las aves de papel (con textos de Borges) de Rosalía Jofré, que hablan de tanto más. Éxodo de espíritus en la entrañable obra de Rosana Rojas Ramoa recreando en cerámica la figura del “Yefacel” -protector de los pueblos originarios- que ubicó en el espacio público. Cuando su protegido moría, el yefacel quedaba vagando huérfano. A la salida de Ushuaia, junto a la Ruta 3, hay extraordinarios santuarios dedicados a todas las creencias, desde el Gauchito Gil y San La Muerte, hasta la Virgen de Itatí y San Expedito. Quizá, sería una buena idea que la artista instale algunos yefaceles allí, para terminar de popularizar a estos generosos duendes guardianes.



Laura Aguilera
Ricardo Frías