“La noción del artista único e inspirado es anacrónica”, dice Julio Le Parc, artista que deslumbra al público con su exhibición en Malba-Fundación Costantini.
Por Victoria Verlichak
Aunque la crítica y el público lo vienen mimando desde hace años y su retrospectiva en 2013 en el Palais de Tokio de París fue, incluso, un rotundo éxito de público, el consagrado Julio Le Parc (Mendoza, 1928) ahora está más que feliz. Se siente profeta en su tierra, que dejó en 1958 cuando se instaló en París con una beca del gobierno francés.
Libre e inestable
Tras el homenaje que significó la inauguración del gran Espacio Cultural Julio Le Parc en Guaymallén (Mendoza) en 2012, este pionero del movimiento óptico y cinético internacional acaba de inaugurar “Le Parc Lumière - Obras cinéticas de Julio Le Parc en la Colección Daros Latinamerica”, en Malba-Fundación Costantini. Hace 14 años que Le Parc no tenía una gran muestra en Buenos Aires.Durante la multitudinaria inauguración, los que se acercaron lo llamaban “maestro”, agradeciéndole su regocijante trabajo; el multipremiado (Gran Premio Internacional de Pintura en la Bienal de Venecia, 1966) artista sonreía, dejándose querer.