VVerlichak escribe sobre los protagonistas de una feroz travesía retratada por la española Isabel Muñoz. Las imágenes de “La bestia” reflejan un drama con desdichas y necesidades insatisfechas, políticas perversas y crueldades inimaginables, exhibidas en el Centro Cultural Recoleta.
Los viajeros invisibles
Se trepan sobre vagones de varios trenes, viajan durante días con hambre, frío y sueño, con terror de asaltos y accidentes. La tragedia se repite desde hace demasiado tiempo, pero en la prensa local no hay noticias de las desventuras de los seres humanos que se animan a subir a “La bestia”, el tren de carga que recorre México de sur a norte. Son miles los inmigrantes centroamericanos que mueren, año tras año, mientras viajan buscando llegar a la frontera con los Estados Unidos. Si sobreviven, la feroz travesía por desiertos y montañas, los desesperados provenientes de Guatemala, Honduras, El Salvador y Nicaragua, luego deberán enfrentan a las autoridades norteamericanas; pero este es otro problema.Pese a las dificultades y heridas, vejaciones y violaciones que padecen estos indocumentados, la muestra de Isabel Muñoz constituye una afirmación de vida. Su imágenes, “La bestia” (Centro Cultural Recoleta), encuentran belleza y ternura donde escasean. Pone en primer plano un drama repleto de desdichas personales, necesidades insatisfechas, políticas perversas, crueldades inimaginables. Registra a los que están en viaje: mujeres y bebés, niños, hombres, travestis. Presenta retratos y testimonios recogidos por Muñoz y por el periodista salvadoreño Oscar Martínez, investigador experto de este tema y compañero de los tres viajes realizados por la consagrada fotógrafa.